viernes, 8 de enero de 2016

Piezas por reemplazar

Conforme el proyecto de Klopp avanzó y triunfó, las exigencias en aumento demandaron al Borussia Dortmund una plantilla más amplia. En 2013 cerró la temporada jugando la final de la Champions League, que se le escapó en un tramo final que no pudo competir por el desgaste de la energía. Se debió a que cuesta nombrar más de 14 jugadores de confianza en aquella campaña, un número escasísimo al ser sólo tres más que los titulares, más aun porque siempre está pendiente de las lesiones. La dirección deportiva, con la ayuda de que se sanearon las cuentas del club, se centró en que el entrenador dispusiera de dos jugadores por puesto. La gestión fue en buena dirección, pero los problemas físicos recurrentes en todas las líneas no dejaron que la labor se notara. En la 2012/13, ocho jugadores alcanzaron los 3.500 minutos, cuatro de ellos por encima de los 4.000; en la 2013/14, fueron seis, de los cuales dos acumularon 4.000; en la 2014/15, tan sólo uno, y nadie con 4.000. Con Tuchel se ha trabajado en la misma línea, por lo que las dos salidas de jugadores con sólo 7 días transcurridos del mercado de invierno deberían suscitar una respuesta.

La trayectoria de Jonas Hofmann no había cambiado su curso esta temporada. Siempre como opción de rotación, como promesa que aparentaba necesitar minutos para convertirse en una fuente de optimismo, pero que cuando los obtenía no hacía más que esclarecer su perfil: un jugador que derrocha empeño, que puede garantizar diferentes cosas partiendo de cualquiera de las dos bandas pero al que no se le advertía ninguna cualidad especial. En estos meses de Tuchel, tras una cesión no satisfactoria, la imagen se refrendó mientras era una de las primeras opciones para suplir a los titulares en tres cuartos de campo. Se va sin haberse dejado nada para vestir la camiseta amarilla, por una nueva oportunidad en un club con objetivos parecidos, y el BVB recibe 8 millones de euros cuatro temporadas después que llegara libre.


La corta trayectoria de Januzaj en la cuenca del Ruhr se inició de otro modo pero no ha diferido en exceso en su final. Con un caché superior al del alemán, que aún le confería su irrupción en el primer equipo de uno de los grandes del fútbol europeo. Pero andaba algo estancado, en busca de un revulsivo en su carrera y de minutos. En su caso no se ha podido dudar de la calidad que atesora, sino que la insatisfacción tiene que ver con que no se adaptó al sistema de Tuchel, no encajó. Ocupó más la banda derecha del híbrido entre 4-3-3 y 4-2-3-1, un esquema que suelen componer mediapuntas cuya actividad es provista de un ritmo más alto que el del belga. Januzaj siempre conduce un poco más, aumenta la pausa, piensa en exceso, tarda tanto en armar la pierna en el área que quien la mete antes es el rival. Ese ritmo elegante pero también más sosegado no ha casado con las combinaciones continuas e incluso vertiginosas que impone el Dortmund de Tuchel como primer plan, ni se postuló como una alternativa diferente para variantes ocasionales. No se adaptó, como, por ejemplo, sí ha hecho Gonzalo Castro pese a no destacar por su técnica. Hay que añadir que incluso Tuchel cree que el propio Januzaj seguía teniendo la cabeza en el Manchester United. Lo que a estas alturas ya estaba claro es que ninguna de las partes se beneficiaba de la situación.

Si en esta nueva etapa predominan lo positivo y los elogios por la evolución que ha llevado a cabo Tuchel, de aquí se podría extraer uno de los aspectos negativos que se deben mejorar de cara a la mitad de temporada decisiva: tener suplentes listos en los que se pueda confiar cuando se precise. Hofmann, Januzaj, Subotić, Adrián Ramos, Park, Weidenfeller o Leitner –aunque este cuesta incluirlo porque apenas ha contado- no han representado una opción de garantías para relevar a los titulares. El contraste lo ofrece sobre todo Gonzalo Castro. También Ginter, aunque acabó adquiriendo condición de titular titular, y Bender, si se es consciente de que varía el sistema si se le introduce por Weigl. El tiempo dirá cuánto tiene que ver Tuchel y cuánto las individualidades en que el rendimiento de titulares y suplentes haya sido tan diferente.

Lo inmediato es no volver caer en una plantilla corta. A Şahin y a Durm se les espera, y están más metidos en el trabajo de grupo que nunca desde sus lesiones. Pero en lo respecta a las dos salidas tratadas en este texto, con Dudziak contando con minutos en el St. Pauli manteniendo una opción de recompra, el Borussia Dortmund ha tomado como primera decisión incorporar a los entrenamientos del primer equipo a Felix Passlack y Christian Pulisic. En 2015 ambos fueron campeones alemanes sub-17 con el BVB y piezas importantes de sus selecciones en el Mundial de la misma categoría. Se prevé algún movimiento de la dirección deportiva, pero las dos perlas de la cantera ya están disponibles. Tal vez antes de lo previsto. O tal vez no.



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